Personas con toda una vida por delante, personas como tú y yo, que un día decidieron hacer un viaje, caminar por puentes, comprar en mercados, orar en iglesias o mezquitas, tomar un café o ir a bailar…; personas que han sido presas de la violencia de sus parejas; personas que han alzado su voz por la libertad y el respeto, por el derecho a vivir; personas que han huido de la sequía y del hambre, de las violaciones o de la esclavitud… Miles de personas que son simientes de la tierra y otras, alimentos de los peces… Todas ellas víctimas de la violencia generada por otros seres humanos.
Todas estas vidas truncadas, que ahora caminan por los caminos etéreos, deben ser recordadas y su marcha no puede ser olvidada. Tenemos que ser conscientes del dolor y del daño que sufren sus familiares y amigos, extendiéndose a toda la Humanidad. Las víctimas de la violencia piden desde su nuevo universo que, de una vez por todas, aprendamos que la violencia solo engendra violencia, que cualquier conflicto debe solucionarse con un diálogo sincero y comprometido. No podemos seguir hablando con palabras vacías e ignorando las consecuencias.
Vivimos en un mundo conmocionado, guerras frías y calientes por doquier, miles de familias destrozadas por una violencia gratuita que no lleva a nada, solo al caos y que solo favorece a unos cuantos. La humanidad está dividida, asustada y temerosa, no sabe a quién creer y no confía en nadie.
Época sombría que nos hace recordar un pasado de ignorancia y de crueldad que creíamos erradicado. Personas con ansias de paz y libertad lucharon para crear un nuevo saber y conocimiento, así surgió el renacimiento.
El nuevo renacimiento se está construyendo con andamiajes invisibles, al ritmo de cada amanecer, en cada país del mundo, pequeño o grande, —que como el éter, aunque no se vea o se huela, existe—, porque la gran mayoría de los seres humanos tenemos sed de paz y libertad.
El renacimiento surge como rechazo a la sombra. El renacimiento es una fuerza basada en la unidad y conlleva entusiasmo y ganas de luchar por la paz, por la sabiduría, por una nueva forma de vida basada en la libertad, en el respeto y en la dignidad de cada ser humano. El renacimiento es la fortaleza frente a la debilidad y tibieza de los que gritan, amenazan e imponen sus leyes con látigos y bombas. El renacimiento es sabiduría y se opone a los egos enfermos y desmesurados porque esos egos son debilidad e ignorancia, los egos creen que saben, pero en realidad, no saben nada.
Como dijo Lavoissier: “Nada se crea, todo se transforma”, todo lo que los seres vivos de este planeta hacemos o dejemos de hacer, se queda en esta esfera que llamamos planeta, y todos, ricos o pobres, blancos o negros…, musulmanes, judíos o cristianos, … Vamos a sufrir las consecuencias de este terrible desequilibrio terrestre. No se puede dar prioridad al dinero antes que a la vida humana o a la Naturaleza.
Armas, violencia, hambre, sed, terrorismo, esclavitud son las herramientas necesarias para crear guerras, conflictos, destrucción. Estamos a las puertas del renacimiento, el periodo sombrío toca a su fin porque la gran parte de la Humanidad así lo desea, los seres humanos deseamos vivir en paz y ver a nuestros hijos crecer, y a los hijos de nuestros hijos.
Palabras de reconocimiento para todas las personas que han dado su vida, para todas las personas que luchan por la libertad, la democracia, el bienestar de la Humanidad, palabras de gratitud para todos los seres humanos que con su actitud edifican los andamiajes del nuevo renacimiento.
Nuestra actitud es nuestra diferencia, la vida es valiosa y sagrada, el futuro de la Humanidad está en nuestras manos, en la de todos nosotros.