Carrera de la esperanza

Carrera de la esperanza

HOMENAJE A LA MUJER POR SU FUERZA CONTRA LA LUCHA DEL CÁNCER

Participar en la carrera de la vida

es luchar, experimentar y sentir cada célula

de nuestro cuerpo para que

las que están dañadas

recobren su brillo y fuerza.

La vida no se sobrevuela, la vida se saborea

aunque haya momentos en que el cuerpo se estropea,

se arruga, se encoja de miedo, dolor y sufrimiento.

La carrera por la vida no es ir deprisa,

es lanzarse al vacío con las invisibles alas

de la confianza y esperanza.

Con mano y puño de hierro la mujer

baila con deseo de gritar al viento

que desea vivir porque la vida es

amar y ser amada, es luchar con coraje

para recibir la frescura y el frenesí

como recompensa de haber

saboreado las especias al vivir.

La mujer sigue bailando con esa sonrisa

enigmática que la caracteriza, a pesar

de su suspiro porque tiene la boca

llena de soledad y tristeza,

sabe que las mujeres risueñas

no caminan, sino que danzan por la vida

porque en su corazón

está inscrito a fuego el amor.

La carrera de la vida es una actitud de lucha,

de fuerza, de amor, de esperanza para todas las mujeres

que han experimentado como su cuerpo se frunce

y, sacando miedos, que como hojas mecidas

por el aire del otoño, bailan con paso firme

y, al ritmo de las maracas

avanzan en la carrera de la vida

que es la carrera de la esperanza.

 

Ojos negros

Ojos negros

Este poema es un canto a todos los refugiados y a todos los que tienen que huir de su país por la crueldad con que son tratados.

Se han olvidado de mí

que nací del amor

y vivo y muero en el temor.

Ojos suplicantes, cara manchada,

manos sucias y pies descalzos

ahora solo soy un refugiado.

Muchos gobiernos hablan de la paz

y del hambre, pero no hay resultados.

¡Sigue la guerra para conquistar mi tierra!

Yo soy un ejemplo entre miles de refugiados

que vivimos sin vivir con hambre y sed,

sin abrazos ni ternura, solo a base de latigazos.

A veces recibo una moneda,

otras, cierran puertas con una mirada despectiva,

y rara vez, recibo una mirada compasiva.

Nos encierran entre rejas oxidadas,

olvidándose de niños, mujeres y hombres

que viven solos y buscan un camino,

somos seres humanos y no mercancía.

Somos víctimas de un poder mundial

que solo piensa en ellos,

da igual si destrozan familias y alegrías,

tierra y naturaleza, con misiles y minas,

forzando a muertes físicas y del alma.

Gritamos que no queremos el averno

que queremos vivir como seres humanos,

pero nadie viene en nuestra ayuda

y, a nadie importamos,

solo a unos cuantos

que encierran en cárceles y torturan

por alzar la voz y luchar para liberarnos.

Soy un refugiado más

Que pide dignidad y respeto,

no soy yo el que ha querido huir,

no tenía otra opción que elegir.

(Libro “La Sabiduría de las Palabras, relatos iniciáticos”)

¿Qué pasa con los derechos humanos olvidados?

¿Qué pasa con los derechos humanos olvidados?

En un segundo el mundo cambió.

El aire a través del viento dijo

“peligro, peligro, la muerte se lleva

a mayores y menores”.

Palabras sobre enfermedades y muertes,

palabras de tranquilidad y calma

nos inundaron y los políticos

cerraron las puertas de las fronteras

y llamaron a los habitantes a estar en casa.

Momentos de miedo, angustia y tristeza

que todos llevamos en el corazón,

por tener que estar en casa

solos o mirando la televisión.

Con tanto ruido e información

nos hemos olvidado

de niños, niñas, mujeres y hombres

que luchan por su vida a cada instante,

ellos han perdido la ilusión de un abrazo gigante,

y el calor de unas palabras de amor de su madre,

no tienen casa, ropa ni comida,

no tienen dónde cobijarse

porque se han quedado sin país y sin familia.

Nosotros bajo un techo y cocina caliente

nos quejamos por no salir a pasear

o por no poder socializar,

sin pararnos a pensar

qué millones de personas

mueren por no tener pan ni casa donde habitar.

Tenemos a nuestra disposición

Internet con todas sus webs para entretenernos,

pero ¿qué pasa con los derechos humanos olvidados?

Niños, niñas, mujeres y hombres

de todas las edades

viven de prestado como refugiados

en países donde son ignorados, maltratos y violados

por otros seres humanos.

Niños, niñas, mujeres y hombres

sufren el horror de la supervivencia,

teniendo a la muerte por compañera,

viven bajo una tela rota,

mientras sus huesos se hielan

y sus estómagos se callan

pues ya han tirado la toalla.

Nadie dice nada,

Porque estamos preocupados

por quedarnos en casa.

Niños, niñas, mujeres y hombres

de todos los rincones del mundo

piden hoy con esta melodía de poesía

que el aire a través del viento lleven su mensaje

a todos los rincones del mundo

para que sean oídas sus plegarias

y llevarles un poco de comida y alegría,

paz y solidaridad para terminar

con ese infierno que es la lona rota

y los huesos helados

sin tener un abrazo

cálido y gigante de otros brazos.

Instante eterno

Instante eterno

Has vuelto después de tanto tiempo,

¡Cuánto te he echado de menos!

Aunque en mis recuerdos

Mil veces, he revivido tus besos,

Ahora, por fin, unimos nuestros cuerpos

En la eternidad del momento,

mi piel se eriza al contacto de tu piel,

tu sonrisa me funde en tus labios,

fusionando palabras y susurros de amor.

La aurora con sus colores

me devuelve a la sombra realidad,

ya echo de menos tu cuerpo

fundiéndose en mi piel

en esa danza de amor y pasión.

Con tristeza agradezco

a ese momento que llamamos sueño,

el haberme entregado ese instante eterno.

No quiero abrir los ojos y verte marchar

otra vez en el tiempo.

La danza del nuevo día

se mueve al compás de la fantasía,

de rayos dorados, preludio de luz

aunque deseo que las estrellas vuelvan

para seguir soñando.

Eres instante donde oscilamos

entre la existencia y el olvido,

llévame fuera del sueño

a ese instante eterno

haciendo el amor en el universo,

uniendo nuestros cuerpos

en la eternidad del momento.

Soledad

Soledad

Soledad que oprime mi corazón y desgarra mi alma,

ante la despreciable mentira,

que me rebaja como persona,

soledad en compañía que es la más triste y fría.

Soledad en la injusticia del maltrato que

hiela la cálida circulación de mi sangre

cuando me faltas al respeto y pierdo

mi confianza porque me arrebatas mi aliento.

Soledad impuesta por pasiones enloquecidas

que duran unas horas,

creyendo que son eternas,

por engaños al ser lo que no eras.

La soledad me ha enseñado

que el silencio es mi mejor aliado,

porque rompe las cadenas

de mi pasado

para empezar una vida nueva.

Sé que esta nueva vida

empieza por comprender que la mayor soledad

no es la que me hacen sentir,

es la que siento

porque echo de menos valorarme y así descubrir

quién soy y hacia donde quiero ir.

Viaje a través del tiempo

Viaje a través del tiempo

Almas que vienen y van,

como el vaivén de las olas,

atravesando ese puente de colores

que une las estrellas con la Madre Tierra,

distintos colores, que nos llevan por

distintos caminos, culturas y experiencias.

Almas que vienen y van

como el vaivén de las olas,

Madre Tierra las acoge

y les ofrece flores y bosques

llenos de belleza, olores y colores;

mares que unen orillas

donde encuentran a sus familias,

y se preparan para sus experiencias

de días dorados y noches oscuras,

aunque siempre, iluminadas

por la luna y las estrellas.

Almas que vienen y van

como el vaivén de las olas,

historias que nacen y mueren

en los caminos terrestres,

almas que han dejado

en la tierra sus memorias.

Almas que vienen y van

como el vaivén de las olas.