Ahimsa y la Paz

Ahimsa y la Paz

Los seres humanos somos los creadores de las guerras, de la violencia, del dolor… porque todo nace en las mentes humanas.

Como decía Gandhi, “la Paz es el camino”, es el camino hacia la vida. No podemos intentar cambiar nada si nosotros mismos no cambiamos. Gandhi creó la palabra “Ahimsa” para englobar el significado de la no violencia. Nuestra mente es muy poderosa y tanto puede crear como destruir. Si nuestros pensamientos son lúcidos y nobles, nuestras palabras y acciones también lo serán. Ahimsa es el agua en el gran desierto de la humanidad, donde hay agua, florece la vida.  Las Palabras son representaciones de nuestros pensamientos, de ahí la importancia de ser respetuosos con lo que decimos. Una vez dicha la palabra no hay vuelta atrás, la palabra es como una flecha una vez lanzada va derecha hacia su objetivo, causando a veces cicatrices muy profundas. Todas las palabras pronunciadas corresponden a aquel/la que las pronuncia, nunca podemos hablar por boca de otro.  Las acciones son actos realizados según las órdenes de nuestro cuerpo mental y emocional, a veces caricias, a veces puñaladas. Si controlamos nuestros pensamientos violentos, pararemos inmediatamente nuestras acciones violentas, evitando sufrimiento y dolor; por lo tanto, la paz también tiene su origen en nuestro mental.

¿Dónde se esconde el resorte que construye los pensamientos indeseables, violentos y su continua maquinación? Este muelle se encuentra en nuestro cuerpo mental, sede del pensamiento. La llave para bloquear dicho resorte es Ahimsa, la no violencia, que transforma el odio en bondad, el orgullo en humildad, la violencia en serenidad. Para encontrar la llave hay que saber nutrir el alma con alimentos de amor y perdón, de compasión y alegría. La responsabilidad de encontrar esa llave nos corresponde a cada uno de nosotros. Muchas personas se sienten atraídas por esta palabra, paz, pero creen que es un concepto abstracto y difícil de conseguir.

A través de la historia de la humanidad, millones de personas han dejado sus vidas en campos de batalla, caminos, mares, pero aun en el siglo XXI, donde hay grandes avances tecnológicos, no se ha encontrado la solución a esos conflictos.  La única solución es la paz, no hay otra. Hay que ser conscientes de que no existe la panacea, no hay remedios milagrosos para que la humanidad viva en paz, este es el camino y es nuestra responsabilidad.

La vida tiene su propio latido para toda la humanidad, la paz, pero no habrá paz hasta que la paz no sea nuestra actitud ante la vida.

(“El loto de la Paz” de Lorena Ursell. “La Naturaleza Sagrada del Ser Humano”)

¡Es urgente!

¡Es urgente!

Es urgente encontrar personas que sean conscientes de que sin la Naturaleza no hay vida. Personas que sientan el perfume de las flores; que oigan el coro de los bosques; que vean los árboles crecer y que sepan que debajo de cada árbol hay una vida profunda, donde miles de seres vivos con su trabajo, esfuerzo y amor ayudan a crecer a cada planta, a cada árbol manteniendo el equilibrio y la armonía de la vida.

Es urgente encontrar personas que sepan bailar sobre las olas o cruzarlas por debajo. Personas que oigan el canto de las olas al acariciar la arena para poder crear poesía. Personas que sepan que la contaminación por plásticos y sustancias tóxicas en los océanos, mares, ríos es un asesinato en masa de todos los seres vivos.

Es urgente encontrar personas que piensen, hablen y actúen con moderación, sin juicios ni prejuicios, que busquen el equilibrio en sus acciones para mejorar y ayudar a los demás. Personas que hayan conquistado la ignorancia y superado la mediocridad por haber abandonado la comparación y el juicio de sí mismos.

Es urgente encontrar personas que quieran cantar aunque su voz desafine. Que escriban canciones con poemas de amor, valentía, fuerza y vida. Personas que enseñen a caminar por la oscuridad guiándose por el brillo de la luna llena. Personas que sientan el cálido abrazo del aire, la caricia del día o del atardecer dorado de mil colores y el canto del agua cuando se acerca a la orilla.

Es urgente encontrar personas que enseñen a los niños a jugar en la calle sin miedo a pisar olvidos de la guerra, a ser raptados o tratados con violencia. Personas que crean en sí mismas y luchen por sus sueños y deseos aunque, muchas veces, vivan contra corriente y sufran críticas y juicios; personas que no desfallecen porque su fuerza y valentía es un ejemplo para los demás, mostrando con su osadía y humildad que cada uno somos los maestros de nuestras vidas.

Es urgente encontrar personas que no vean los diferentes colores de las pieles; personas que oigan las oraciones dichas con emoción, porque todas son guiadas por y hacia el amor, que lean y comprendan el esplendor y la sabiduría en sus libros sagrados para compartir su conocimiento con aquellos que quieran. Personas que puedan vivir en armonía en una amalgama de sentimientos de paz, aprendiendo y compartiendo saberes y filosofía.

Es urgente encontrar personas que ayuden con ternura y paciencia a vencer la agresividad y la violencia en lugares donde los derechos humanos se han ido volando. Personas que ayuden a otras personas que han huido de la guerra y de la miseria a través del mar y de la tierra para sanar heridas y volver a la vida.

Es urgente encontrar personas que conozcan el poder de la sonrisa, que hablen el lenguaje de la amabilidad, que busquen la armonía en la vida y que ayuden a los que más lo necesitan, que no todo es poder y dinero, sino más bien, vivir con el amor de un corazón abierto.

Es urgente encontrar personas que les guste salir de su zona de confort para ver y respetar las raíces profundad de la Humanidad. Personas que no deseen la guerra ni ver más mares ni tierra teñidos de sangre. Personas que respeten la naturaleza y a todos los seres vivos de la tierra, aire o mares.

Es urgente encontrar personas que deseen unirse a través de los lazos de paz, amor y armonía para curar esas heridas abiertas que siente la Humanidad entera. Personas que saben que hay un lenguaje silencioso que solo se oye a través del alma y reivindica ese adagio tan popular y olvidado “todos para uno y uno para todos”, en una sinfonía de acordes y colores.

Ecos en mi mente

Ecos en mi mente

Son ecos en mi mente, las sombras que entristecen los ojos que ríen, las muecas de sonrisas muertas, las palabras dichas con silencios elocuentes… porque hemos dejado atrás la alegría de vivir.

Son ecos en mi mente, la nostalgia de un pasado, de tal vez, una vida mejor si… ese amor no hubiera terminado; la nostalgia de un amigo verdadero en quien apoyarme y llorar sin tener que calcular mis lágrimas; la nostalgia de volver a ser yo y luchar por mis sueños y celebrar la vida con fuerza y alegría.

Son ecos en mi mente, los llantos de miles de personas que cruzan los mares sin equipaje, llevando puesta la esperanza de lo que puede ser mejor, aunque terminen en prisión. Niños que ya no tienen madre, madres que ya no tienen hijos, padres que han perdido todo, en el mar o en la cruenta guerra de la tierra, porque huyen de sus países donde el terror es el arma de la violencia.

Son ecos en mi mente, la tristeza de la gente y el vacío de sus vidas, porque no escuchan a su alma, sino que buscan propiedades, ya no se oyen cantar a las estrellas ni se escucha el sonido de la música a través del saxo o de los tambores que llenan el aire de blues y vibraciones.

Son ecos en mi mente, las lágrimas de millones de almas que han cambiado sus casas por cárceles, la muerte por la vida. Se han perdido las risas espontáneas de los niños y mayores, así como el sentimiento de humanidad y solidaridad entre desconocidos porque el mundo ha cambiado las risas por llantos.

Son ecos en mi mente, las fragancias del aire puro y cristalino, de ese infinito azul salpicado de estrellas; de esas aguas limpias donde nadaban seres sin miedo a morir envenenados. Por esos bosques milenarios destrozados por dinero. Ahora la naturaleza está triste, pero sigue luchando contra personas sin escrúpulos que no quieren oír su llanto. Cuántas veces los árboles me cobijaron, regalándome la fragancia de los pétalos que volaban en esa danza libre del aire; cuando el arrullo y la delicadeza del agua me limpiaba el lodo de mis caídas y las heridas de mi alma, haciendo emerger el diamante escondido entre tanto barro y dolor que guardaba mi corazón.

Lucho para que el dolor de esos ecos se transformen en ecos de luz y alegría, sentimientos de amor entrelazados por hilos de colores tejidos entre todos los seres humanos, formando un abrazo cálido, sin importar las diferencias o creencias, solo, unidos por el amor y la empatía para que todos vivamos en la paz y en la armonía.

 

Soledad y Amor

Soledad y Amor

Miro a mi alrededor y veo miradas de preocupación e incomprensión por mi soledad, muchos sienten lástima al verme siempre sola. Ellos, no comprenden que mi soledad no ha sido impuesta, sino que es mi elección porque, llegado este preciso momento, soy una mujer con poder de decisión y con claridad mental para saber lo que quiero hacer, con quien quiero estar para adentrarme en mi aventura y descubrir el objetivo de mi vida.

Mi soledad me ha llevado a encontrar a esa otra mitad de mi persona y juntos formamos el ser que soy. En el silencio de los bosques mi alma canta y se eleva, dejo de ser una persona para convertirme en el universo invisible, donde la grandeza de la belleza sublime del aire —torrente de amor—, se une a los tambores de los latidos de la tierra que junto a los murmullos del agua crean una sinfonía de coros de diferentes voces del universo, fundiéndose en una energía cristalina y serena para manifestarse a nuestros sentidos físicos a través de seres vivos, árboles, fragancias, lagos. Manifestaciones de belleza sin igual.  Soy una espectadora de la sublime belleza que ha creado el Amor.

El mundo parece mecerse en ese vaivén de conflictos y falta de humanidad de los seres humanos que nos hace ir a la deriva, por el egoísmo, la traición, la crueldad, por la envidia y los celos que causan graves y profundas heridas e incluso pueden matar.  Nuestro mundo pasa por momentos difíciles, esto no ha cambiado desde el principio de los tiempos y sé que el planeta necesita ayuda urgente. Soy consciente que todo efecto tiene una causa y todo dilema una solución. También sé que tanto tú como yo necesitamos ayuda para volver a reír y volver a volar en libertad con las alas del amor a través de nuestra vida.

La soledad me ha enseñado a ver la grandeza de la belleza del planeta y del ser humano, aunque muchos permanecen dormidos. La soledad me ha enseñado a compartir el amor que recibo con amigos y desconocidos, me ha enseñado a buscar soluciones y ver lo mejor en cada persona porque creo en la grandeza del ser, en las historias de amor verdaderas; en el pensamiento positivo, en el impacto de la palabra dicha con amor y en la acción positiva porque dejan una huella e iluminan el camino para otras personas.

Dicen que mi soledad me ha vuelto un poco loca porque hablo con los árboles y seres invisibles que nos rodean y ayudan a la humanidad y al planeta; estos seres invisibles me recuerdan que amar es traspasar la imaginación para entrar en la trascendencia del alma que me ha enseñado que amar por amar, reír por reír, soñar por soñar es demostrar que estoy viva y que el amor es la única fuerza que tenemos todos los habitantes de la tierra para alcanzar la felicidad.

Pues sí, tal vez, estoy un poco loca… pero soy feliz.

 

Himno de libertad

Himno de libertad

Muchas conciencias viven en un letargo que paraliza sus sentidos deformados por una ilusión inexistente, creyendo que su irreal mundo es inalcanzable para los simples mortales y que a ellos nada les puede tocar porque se encuentran escondidos en su torre de cristal. Organizan, ordenan y mandan sobre la vida de otras personas, gritan sus deseos que deben ser ejecutados al instante, no importa el medio a utilizar, siempre y cuando sus órdenes sean cumplidas. El resto de los humanos son muñecos de cerámica que cuando los tiran al suelo se rompen en mil pedazos. Esos muñecos de cerámicas tienen alma y conciencia, se sienten cansados de tantos abusos e injusticias, se sienten asqueados y hartos de sufrir la ignorancia y el desprecio que sobre ellos vierten algunos de los amos y señores.

Esas conciencias dormidas viven de espaldas al mundo, sin querer oír el clamor de las voces que piden libertad y justicia, ya que no son capaces de sentir el sufrimiento que desgarra el aire.

La opresión es cruel e inhumana, encadena a millones de seres humanos debido al terror, a la angustia y al sufrimiento que padecen. Estos seres de cerámica que tienen alma se han recompuesto y ahora se sienten fuertes para hacer frente a su miedo, su fuerza es más enérgica que nunca porque ahora tienen un objetivo en su vida, la libertad y el respeto.

Las conciencias que hibernan no se han percatado, que la primavera ha eclosionado en mil colores, que los pájaros y los nobles corazones cantan sin cesar el canto de la libertad, porque la paz y el amor son los estandartes de los impulsos nobles de millones de corazones que laten como uno solo, al ritmo del tambor, pom-pom-pom, en una danza de alegría para romper las ataduras de la opresión.

Ha sonado el gong porque ya no hay miedo, el coraje lo ha vencido al mirarlo de frente y el temor se va disipando como la niebla, las huestes sometidas de la Humanidad empiezan su grandiosa marcha hacia la libertad, cantando su himno de libertad, todos lo oímos porque su canto se cuela a través de la piel. Los nobles impulsos del ser humano, el amor y el bien, caminan sin parar en esta marcha que no dejará ya de avanzar.