Todo viaje comienza con un deseo y un objetivo y se hace realidad cuando damos el primer paso y empezamos a andar. El enigma que conlleva no saber cómo lo vamos a hacer es el que nos acompañará durante todo el trayecto, esa incógnita nos llena de entusiasmo y nos da fuerzas para situarnos en el punto de partida.

Las personas que deciden caminar e ir al encuentro de su propio destino prefieren la libertad tanto de ser como de pensar al conformismo que les impone la sociedad que, como un narcótico, los mantiene adormecidos. Ellas creen en la grandeza y sublimidad de su ser, en la fuerza de sus sentimientos, en sus ideas, intuiciones y percepciones guías necesarias para alcanzar su objetivo. No tienen miedo de adentrarse en lo desconocido, pues aceptan viajar más allá de sus miedos.

Hay millones de personas que no les gusta el mundo en el que vivimos. Cada día la violencia es más atroz y la crueldad llega a límites insospechados.  Un líder debe tener autoridad natural pero no abusar de ella y tomar decisiones correctas para un bienestar social mejor. Algunos dirigentes incitan a la violencia, creando más furia y ensañamiento hacia otros ciudadanos, creando un caos incontrolable. La sociedad crece en valores materiales y pierde los valores éticos. Las armas cada vez son más poderosas y sin control. Vivimos en un laberinto cuya salida está oculta porque los que lo han originado vigilan para que la sociedad siga estando aletargada bajo la influencia del miedo, de la ignorancia y de la opresión.

En cualquier ámbito social o político, la violencia está a la orden del día: conflictos, corrupción, injusticias, esclavitud, da igual la creencia, el color, la edad, ser rico o pobre. El ser humano ha transformado sus valores de respeto y dignidad por cobardía y vileza. Los individuos que viven para sus pasiones desbocadas son esclavos de ellas, cuyas garras los tienen bien atrapados en su mundo sin sentido y cruel. Y, lo más triste es que muchas de esas personas se han convertido en robots de matar sin saber por qué lo han hecho.

La ética nos ayuda a instruirnos y así impulsar la construcción de ideas y reflexiones justas para que Hombres y Mujeres —deseosos de la verdad, la libertad, la justicia, el respeto, la dignidad— puedan silenciar esos gritos de crueldad y de guerra que provienen del abismo de la ignorancia, del egoísmo y de corazones congelados por el odio…

Hay que escapar del miedo y de la opresión que nos mantienen esclavos y sumisos para volar hacia la libertad; siendo libres podemos ser más lúcidos y ver con claridad nuestra situación para poder transformarla en armonía, trayendo aire fresco para volver a ser seres humanos con conciencia. La vida es una partida de ajedrez, tenemos que aprender a jugar y a reflexionar cada jugada.

Si no te gusta el mundo, ¡cámbialo! Si una tarea te parece difícil e irrealizable, desmóntala en pequeños pasos para ir comprendiendo y avanzando.

Las personas que han osado adentrarse en la selva de lo desconocido saliendo del conformismo para luchar por la paz y el bienestar en el mundo, han dejado una impronta en el subconsciente de nuestra humanidad desde el comienzo de los tiempos y han tejido lazos de sabiduría que jamás desaparecerán. A veces tenemos que atravesar los muros de nuestra conciencia para respirar, saborear y vivir la libertad.

Si no te gusta el mundo, ¡cámbialo!, todo depende de nosotros.