Poesía, palabras que forman frases
que bailan o vagan a través del aire,
juegan con el viento y acarician a
las personas que recogen sus mensajes.
Mensajes de buena voluntad,
que crean una nueva percepción de la vida
a través del baile de palabras que acaricia el alma
y nos da esperanza para que el mundo
sea una realidad mágica.
Poesía es arte que crea sinfonías eternas
donde la tragedia da la bienvenida a la vida
alzando su voz con pasión y motivación,
“la vida es para vivir y aprender a ser feliz”.
Poesía, maravilloso instrumento
que nos hace reflexionar sobre
¿Qué es lo correcto y lo incorrecto?
Poesía que habla de profundas emociones
y profundos sentimientos vividos y muertos.
La poesía nos ayuda a compartir sentimientos
de amor y terror, de besos y puñales,
sentimientos inscritos en el alma
bajo una geometría sagrada.
Poesía de palabras que bailan con el viento,
en cielos claros que asoman en el universo
formado por estrellas, cometas y agujeros negros,
haciéndonos sentir la grandeza del Ser que ha creado
al planeta y al ser humano con su dignidad y fortaleza.
Poesía cantada, escrita, esculpida, pintada,
una flor, una mirada, una noche estrellada,
un cielo claro, una noche oscura,
todo forma parte de ese arte
de palabras que es el baile de la vida.
Todo pertenece a la poesía
porque es dicha y desdicha,
destinos que hay que vivir
para aprender a ser feliz.
Muerte, desgarro, dolor,
la poesía lo describe con amor,
profundo sentimiento del alma
que todos conocemos
y echamos de menos sin saberlo.
Hay sentimientos efímeros
y sentimientos eternos
que cada persona vive y siente,
al escribir su poema
como mejor le parece,
pero no podemos olvidar que la poesía
es para hacer crecer el alma,
con su luz y belleza,
abrazando encuentros y desencuentros
que nos dicen: la vida es corta para ser vilipendiada,
“la vida es para vivir y aprender a ser feliz”