El universo, la Humanidad y la Madre Tierra gritan Paz para todos los seres que habitan en el planeta. La ignorancia y la crueldad de algunas personas, junto con sus deseos de lucha por el poder y por el dinero, son tan poderosos que destruyen el mundo con su barbarie sangrienta.
Arrasan los pulmones de la Madre Tierra. Envenenan las aguas de los ríos y muchos animales mueren porque no tienen dónde saciar su sed. Los océanos son basureros y sus habitantes mueren ahogados por el plástico. Envenenan el aire con toxinas causando graves enfermedades. Su atrocidad crece en la tierra, creando el averno, enviando bombas y causando gritos de terror y desesperación, dejando sus huellas de muerte en la piel y en el alma de miles de personas que jamás volverán a ser ellas mismas, pues una parte de su alma se ha quebrado con tanto dolor.
La tierra está regada de sangre que no de agua y cada día se seca más y más por la contaminación y el cambio climático, haciendo que su aridez sea la causa de éxodos de seres que no tienen qué comer, qué beber ni a dónde ir, y, no son bien recibidos en otros países aunque sean vecinos. Otros sufren en silencio aunque el cielo grita por ellos, y, otros han dejado sus cuerpos como simiente de la tierra porque algunos individuos viven en el abismo de la aridez de su alma.
Los cielos no murmuran “Paz”, sino que gritan: ¡BASTA YA!
Lo más hermoso del mundo es la esencia del amor que no se compra ni se vende, solo se siente en el corazón. Los causantes del averno han cerrado la puerta de su corazón con candado y han tirado la llave; pueden poseer poder y dinero, pero no pueden sentir el poder más grande del universo, amor. El amor trae paz y prosperidad para todos, el mal solo, destrucción y aunque ellos no lo sepan, los primeros en destruirse son ellos mismos porque han roto la conexión con su alma, fuente de paz.
La Paz, además de ser, ausencia de conflicto, crea prosperidad para que todos podamos vivir con dignidad, respeto y libertad. La Paz no es una quimera, sino una realidad.
Los cielos gritan ¡BASTA YA!