En un segundo el mundo cambió.
El aire a través del viento dijo
“peligro, peligro, la muerte se lleva
a mayores y menores”.
Palabras sobre enfermedades y muertes,
palabras de tranquilidad y calma
nos inundaron y los políticos
cerraron las puertas de las fronteras
y llamaron a los habitantes a estar en casa.
Momentos de miedo, angustia y tristeza
que todos llevamos en el corazón,
por tener que estar en casa
solos o mirando la televisión.
Con tanto ruido e información
nos hemos olvidado
de niños, niñas, mujeres y hombres
que luchan por su vida a cada instante,
ellos han perdido la ilusión de un abrazo gigante,
y el calor de unas palabras de amor de su madre,
no tienen casa, ropa ni comida,
no tienen dónde cobijarse
porque se han quedado sin país y sin familia.
Nosotros bajo un techo y cocina caliente
nos quejamos por no salir a pasear
o por no poder socializar,
sin pararnos a pensar
qué millones de personas
mueren por no tener pan ni casa donde habitar.
Tenemos a nuestra disposición
Internet con todas sus webs para entretenernos,
pero ¿qué pasa con los derechos humanos olvidados?
Niños, niñas, mujeres y hombres
de todas las edades
viven de prestado como refugiados
en países donde son ignorados, maltratos y violados
por otros seres humanos.
Niños, niñas, mujeres y hombres
sufren el horror de la supervivencia,
teniendo a la muerte por compañera,
viven bajo una tela rota,
mientras sus huesos se hielan
y sus estómagos se callan
pues ya han tirado la toalla.
Nadie dice nada,
Porque estamos preocupados
por quedarnos en casa.
Niños, niñas, mujeres y hombres
de todos los rincones del mundo
piden hoy con esta melodía de poesía
que el aire a través del viento lleven su mensaje
a todos los rincones del mundo
para que sean oídas sus plegarias
y llevarles un poco de comida y alegría,
paz y solidaridad para terminar
con ese infierno que es la lona rota
y los huesos helados
sin tener un abrazo
cálido y gigante de otros brazos.
Totalmente de acuerdo con ud. El mundo cada vez más inhumano, tomó el camino equivocado, tan bello que es sentir amor, pero amor de verdad, sin hipocresías, egoísmos y mentiras.
Nos han hecho creer en cosas que no existen y nos han hecho corderos de sus mentiras
Hola Carlos, efectivamente vivimos momentos en los que los DDHH son vulnerables y atacados sin piedad. Hay que luchar para integrarlos en nuestras vida.