Cuando abrimos nuestra Caja de Pandora, consciente o inconscientemente, no tenemos ni idea de su contenido ni de sus consecuencias, a pesar de que todo lo que contiene nos pertenece: recuerdos, traiciones, secretos y experiencias, así como las armas empleadas: mentiras, manipulaciones, comportamientos violentos, etc.
Antes de abrirla debemos asegurarnos de que estamos preparados para el perdón, perdón hacia nosotros mismos y hacia los demás y que poseemos valentía y sabiduría para evitar devastadoras explosiones nucleares en nuestras vidas.
En estos sombríos momentos de la Historia de la Humanidad, la Caja de Pandora que cada país guarda, está llena de conflictos internos y externos, de pobreza, de miseria, de crisis económica, social y climática y los gobernantes siguen ignorando sus graves consecuencias para la humanidad y el planeta: éxodo y muerte, conflictos entre países por la supremacía provocando injusticias y destrucción entre todos los seres vivos.
La globalización nos acerca a todos y todos los países están involucrados en esta terrible espiral de violencia en la que todos los seres humanos estamos implicados. Creemos que la violencia es el arma más adecuada, directa y radical que existe para arreglar problemas rápidamente, pero la verdad es que la violencia siempre obtiene resultados temporales y deja a su paso estelas de ruinas y devastación, cicatrices que nunca dejaran de supurar. Como decía Gandhi: “el odio es como el ácido que corroe el recipiente que lo contiene”.
No es el momento de abrir la Caja de Pandora de ningún país, sino de exigir compromisos de todos los países integrantes en el planeta para crear un mundo mejor y erradicar la violencia, la injusticia, la esclavitud. No solo debemos luchar por todos los seres humanos, sino también por un planeta sano y verde, luchar contra la contaminación y ayudar para que el cambio climático minimice su daño y no se cobre millones de vidas.
Científicamente, se ha comprobado que el Amor es una energía muy poderosa para crear transformaciones positivas, como la paz, que trae justicia, respeto y progreso.
La esperanza es la fuerza del amor que nos impulsa a seguir luchando por la paz para construir un mundo mejor en este planeta nuestro.